Autobuses urbanos modernos. Con adoctrinantes pantallas LED informativas. Un niño de unos ocho años las observa atento entre el traqueteo y el gentío de las masas navideñas. "¡Papá, papá! Mira, hoy es el día internacional de los niños enfermos de cáncer" - El padre observa descuidadamente la pantalla que emite la noticia - "Qué pena, qué desgracia. Es horroroso, pobres niños..." - verbaliza entrecortadamente y casi por cumplir, para después continuar hablando del tiempo con un conocido que comparte bus. Mas el niño, con su inocente capacidad inquisitiva,
continúa sumergido en su bahía de dudas. "Papá, ¿y cómo se coge el cáncer?". El padre, lívido, sólo acierta a contestar incómodamente "Vamos a dejar el tema, hijo, mejor vamos a dejarlo".
Y la bahía de dudas se torna en océano de miedos, bajo la atenta mirada de los nuberus.
Eva
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