Como una niña con zapatos nuevos, corretea por entre los pasillos de un teatro neobarroco, que no es lo mismo que por los pasillos ni que entre ellos. Explora las escalinatas sintiéndose princesa republicana de un reino sin fronteras, inundada de un nerviosismo feliz y vivificante. Se esconde, sonríe, se luce, se va. Ocupa un lugar privilegiado en la platea y habla por hablar forzada por el tío de al lado. Oye sin escuchar las cuatro palabras que bien podrían ser las del vecino en el ascensor. Sólo tiene oídos para quienes ocupan el escenario, nadie más irrumpe, aunque a veces le gustaría toparse contigo. Se embriaga de sonidos que le inundan los ojos. Sueña con esconderse en algún palco hasta que desalojen la sala, apaguen las luces y cierren las puertas, eso sí, después de haber secuestrado al pianista. Y llorar, entonces llorar sin límites, rompiendo las presas de contención que presionan sus párpados. Volver a sentir el arte como el filtro que rige la percepción de su mundo, que le garantiza la belleza, que le protege de las tragedias. Y sabe, ella sabe, que se encontrará contigo cuando deje de buscarte. Pero para entonces, ya no dolerás.
Eva (eternamente agradecida, sr. Nyman)
Michael Nyman - Trysting Fields
Supongo que te referirás a un concierto de algún pianista, ¿clásico quizá? Muy bonito todo, me gustaría ir a alguno. Pero ya sabes que yo suelo fijarme en las tonterías de los posts... ¿PRINCESA REPUBLICANA de un REINO SIN FRONTERAS? Creo que más paradójico imposible xD
ResponderEliminarEra la intención, me alegro de que te haya dejado descolocado jajaja
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