"Il est temps de sortir du sommeil des reines
car nul ne vous attend autant que l'horizon"
Dominique A - L'horizon
car nul ne vous attend autant que l'horizon"
Dominique A - L'horizon
Aquella mañana el estrépito del portero automático la despertó salvándola del desenlace de su pesadilla. No se movió un milímetro, necesitaba digerir lo que su inconsciente, paradójicamente, le aportaba como bálsamo de sus deseos imposibles. ¿Se puede disfrutar una pesadilla? ¿Anhelamos fines, aunque amargos? ¿Deseamos puntos finales a costa de todo?
Ella. Sólo ella. Hacía tiempo que no descubría nada nuevo. La vida le reafirmaba ser una sucesión de desencantos y desengaños reiterativos, espiral inacabada en la que a cada vuelta de tuerca la mella de las heridas se hacía más superficial, las cicatrices más callosas, las almas más insensibles.
Y cada vez la embargaba más cotidianamente la serena sensación, de origen incierto, de que moriría joven.
Eva
Ella. Sólo ella. Hacía tiempo que no descubría nada nuevo. La vida le reafirmaba ser una sucesión de desencantos y desengaños reiterativos, espiral inacabada en la que a cada vuelta de tuerca la mella de las heridas se hacía más superficial, las cicatrices más callosas, las almas más insensibles.
Y cada vez la embargaba más cotidianamente la serena sensación, de origen incierto, de que moriría joven.
Eva