"Te he dejado en el sillón las pinturas y una historia en blanco... No hay principio ni final, sólo lo que quieras ir contando...
Y al respirar, intenta ser quien ponga el aire que al inhalar te traiga el mundo de esta parte..."
Vetusta Morla - Al respirar

sábado, 25 de abril de 2009

Russian Red

Un solo disco, "I love your glasses", que esconde varias joyitas. Tiempo al tiempo y Lourdes Hernández (Madrid, 1986) dará mucho que hablar (aunque ya está haciendo lo suyo). En esta época me nutro de reseñas de otras personas posiblemente en demasía, quizá para llenar un hueco hondo y profundo que poco a poco intenta regenerarse... Para bien o para mal, aquí estoy colgando la canción de Russian Red que me cautivó nada más escuchar y se hizo con un rinconcito de ese espacio vacío que sé que a largo plazo, y en su evolución, me curtirá.
Eva

"This never ending song is scratching, scratching my brain like a vinyl in desire.
This never ending thought is coming and is gone. It's traveling on a plane on my way.
And in a highway too, as if speak for you and I say, that you did those things I did in the past it's true,
and I have it's true in a truck I do. Keep your stuff in my pocket, just like I did with the days we flew.

This never ending thought is coming and is gone. It's traveling on a plane on my way.
This never ending thought is coming and is gone. It's traveling on a plane on my way.
Gone, play on. Gone, play on. Oh, gone, play on. Gone, play on.
Gone, play on. Gone, play on. Oh, gone, play on. Gone, play on...
This never ending thought is coming and is gone. It's traveling on a plane on my way.
This never ending thought is coming and is gone. It's traveling on a plane on my way.
Gone, play on. Gone, play on. Oh, gone, play on. Gone, play on.
Gone, play on. Gone, play on. Oh, gone, play on..."
Russian Red - Gone, play on
http://www.myspace.com/russianready

viernes, 24 de abril de 2009

Sentencias

Algo no cuadra, algo no encaja, algo chirría. Quisiera negarlo, evadirlo, obviarlo, mas es ineludible, como una china en el zapato. Duele, irrita, molesta, decepciona, cosifica, se hace ambiguo, efímero y confuso. Y también pesado sobre la carga del tiempo. Todo esto y más podría ser. Y sigue desencantando.
Eva

sábado, 18 de abril de 2009

Hazte a un lado, llega Janis

Eternisísima Janis Joplin, mi colgada favorita. Que levante la mano quien haya visto más pasión en un escenario. La diosa visceral de las emociones, nos dejó a sus 27 añitos, pero su legado es inmortal. Ojalá hubiera podido ver un concierto suyo tan sólo una vez, porque me llega tan dentro que si por mí fuera la resucitaría.
Eva

Move over


Kozmic Blues

miércoles, 15 de abril de 2009

Que tú quieras

Te quiero libre, te quiero feliz, te quiero autónomo, te quiero independiente, te quiero amando, te quiero compartiendo, te quiero descubriendo, te quiero investigando, te quiero viviendo, te quiero dejando vivir, te quiero íntegro, y también acompañado... siempre que tú quieras.
Eva

domingo, 12 de abril de 2009

y después...


lo que dejamos
la vida excepcional
la vida cotidiana
repeticiones
esperas
un momento
te veo pasar y después... todo
repeticiones
puntos de vista
esperas
estados de ánimo
un siglo
partir de nuevo
llegar
permanecer y después... nada
buscar
te miro
estados de ánimo
estampaciones
la luz, ¿desde dónde se siente?
corro
llueve
me hago invisible
no puedo olvidar
me quedo al marcharme
personas
frío
gestos
olores o sonidos
la vida cotidiana
repeticiones
esperas
un momento
te veo llegar y después... SIEMPRE

Lola López-Cózar
http://grafopoema.blogspot.com/

Lecciones difíciles

Mi corazón arde, pinza, quema; como una humarada narcótica que no quiso ser espirada. Mi estómago se cierra, se revuelve, se constriñe, ciñe el nudo que me acompaña. La tensión sube hasta mi garganta, cuesta hablar, y es tan fácil sentir...
Dolor, que de ti aprendo tanto, dolor que me matas, dolor que me haces resurgir como fénix, dolor que me haces más fuerte. Esperanza hermanada, que sin dolor no sabes ser. Tiempo que aúnas todo, tiempo que clarificas nebulosas. Fortaleza, valentía, tenacidad y vida. Me amarro a todos vosotros, con todas mis entrañas.
Llueve dentro de mí, como cantaba Aurora

*"Lekzio zailenak beti denborak irakasten dizkigu" ("las lecciones más difíciles siempre nos las enseña el tiempo"), en Ikasten, de Berri Txarrak.
Eva

sábado, 11 de abril de 2009

Zarautz y otras agradables sorpresas

Euskadi es impresionante, cuanto más lo conozco más me gusta, no puedo evitarlo. A pesar de que no ha parado de jarrear, o lo que es lo mismo, ha sido un día pasado por aguaceros casi torrenciales, nos hemos lanzado a conocer Hondarribia, Donosti, Orio, Zarautz, Getaria, Deba, Ondarroa, Lekeitio y Gernika. El frío dejaba lugar al misticismo bucólico de las nubes confundiéndose con los montes y el mar, a paisajes mágicos y oníricos. Una poderosa imagen a la entrada de Zarautz me ha dado un vuelco al corazón:
Eva

jueves, 9 de abril de 2009

No apto para menores de edad

Traqueteo en el autobús urbano de vuelta a casa. Miras sin ver a través de las diáfanas ventanillas, mientras realizas tu trayecto cotidiano ya pasado el ocaso. De repente, algo capta terroríficamente tu atención, como a modo de flashback, de imagen y pensamiento intrusivo no invitado a la fiesta de tus divagaciones... ¡Oh Dios! ¡Una serie de seres uniformados al modo de los terroristas asesinos del Ku Klux Klan se han hecho con Bilbao! ¡Y van armados con un gigantesco crucifijo dorado! ¡Y enormes cirios! ¿Qué clase de satánico ritual están realizando compulsivamente?

Y por todos los demonios que desencadena esta estampa en tu interior, odias al responsable que inventó semejante vestimenta, y al que catalogó todo esto como de interés turístico regional cuando tú sólo eras una niña. Y las cadenas siguen y seguirán, resonando en el silencio.
Eva

lunes, 6 de abril de 2009

SeñoraS y SeñoreS

SeñoraS (mayúsculas)
Me pides que vea más allá, no puedo. Mis ojos están cegados por este escaparate Loewe. Mi piel cubierta de fluidos Chanel no me deja sentir el zirimiri en la cara. ¿Para qué? Ya disfruto del fabuloso tacto de mis pieles, aunque no sean mías, sino el resultado de que hayan despellejado vivos a unos animalejos. Quieres que te mire, insignificante jipiosa. No te puedo ver, no puedo. No te has puesto precio, eres invisible. Me hablas del hambre, ¿qué es eso? No lo concibo. No se cotiza, no vende, sólo se siente en las entrañas, y creo que de eso ya no tengo. Mi nebulosa es agradable. No recuerdo que es ser humano, no sé ser. Me convertí en un subproducto de necesidades (im)periosas, y desde entonces mi felicidad es tener.

SeñoreS (mayúsculos)
Me escudo en mi corbata y mi traje, prolongación de mi ego. Si voy en grupo (manada) haré despliegue de mi superioridad masculina, te trataré como una niña a la que puedo examinar cada centímetro con lujuria, siempre mientras fanfarroneo, ¡a mis colegas les encanta! Pero si me encuentras solo menguaré en dos segundos, como un tremendo gatillazo, y la corbata y el traje se me harán grandes para mí pero exiguas para escudarme, y quedaré expuesto, expuesto a otro ser humano que me ausculta sin quererlo. Y se harán visibles todas mis inseguridades.
Eva
Imagen "Manto de señora para visón" extraída del blog Tintáculo (http://tintaculo.blogspot.com/), del disparatado dibujante Guille Martínez-Vela

domingo, 5 de abril de 2009

Psicoanálisis y Género

"(...) La teoría psicoanalítica clásica plantea la estructuración de la subjetividad femenina a partir de la psicosexualidad, en la que el componente psíquico está significativamente determinado por un predominio de la sexualidad. Esto supone que se otorga a la condición biológica un rango privilegiado, y sus consecuencias, incluidas las psíquicas, serán descritas tomando como referencia el modelo masculino -es decir, el desarrollo del niño varón aparece como prototípico- frente al cual la caracterizada como feminidad de la niña ofrece el carácter de la desviación, carencia, insuficiencia. (...) Así se categoriza en el hombre un mayor sentimiento de justicia, y en la mujer un menor sentido ético, o incapacidad para la sublimación o mayor labilidad emocional a la hora de tomar decisiones.
(...)
Hoy resulta innegable que muchas de las afirmaciones sobre la feminidad se asentaron sobre ideas preconcebidas en torno a un "ideal femenino" imbuido de categorías esencialistas sobre la mujer derivadas de su rol tradicional como esposa y madre.
Es esta consideración la que me ha orientado a intentar una propuesta que ampliase los límites de la cuestión del superyó más allá de lo que se articula respecto de la sexualidad en torno al complejo de Edipo (...).
Por tanto, será necesaria otra formulación tanto para describir el funcionamiento del sistema normativo en la mujer como para valorar los criterios con que se piensan sus efectos sobre la subjetividad femenina. Una formulación que otorgue un valor fundamental a la interacción recíproca con otros sujetos definiendo el principio básico de la intersubjetividad como fundamento de constitución de la mente y considerando el apego como el trabajo psíquico que surge en la relación primordial con la madre, como el punto de partida que pone en marcha este proceso.
Otorgar al superyó esta condición de génesis preeminente nos ayuda a entender la repercusión emocional que para ambas -madre e hija- tendrá la pertenencia al mismo género y la pregnancia de esos imperativos categóricos transmitidos y adquiridos como efecto de la relación intersubjetiva transgeneracional.
(...) nos referimos al género como la construcción social de las diferencias anatómicas, red de creencias, rasgos de personalidad, actitudes, sentimientos y valores, conductas y actividades que diferencian a hombres y mujeres, y también como la reacción diferencial dicotómica del adulto frente a la cría humana. (...) el género como identidad inconsciente y/o preconsciente que conformará uno de los pilares del sistema ideal del yo/superyó, implantado a partir del adulto en la relación intersubjetiva, y con una condición prescriptiva y normativa.
(...)
Por tanto, el género constituirá el fundamento de la identidad: del sentimiento y noción de ser niña o varón, femenino o masculino, haciéndose extensivo el concepto de feminidad a la identidad temprana que tiene toda niña como igual a la madre y diferente del padre, lo mismo que a la inversa en el varón. Es decir, que su feminidad comienza en un proceso de reconocimiento del sí mismo, en un sentimiento del ser, proceso de identificación originaria que se conformará como núcleo de la identidad de género que, con posterioridad, adquirirá el atributo de la sexualidad. (...)
Pero la pertenencia al mismo género incidirá en la tendencia de la madre a experimentar a su hija como una continuación de sí misma, reforzando los aspectos de apego y dependencia recíproca y obstaculizando la separación y la autonomía.
(...)
De modo que la forma en que se inscriba en la hija la relación con la madre, y las consecuencias que promueven en la madre el sexo y el género de su hija, serán el patrón de la primera identidad femenina. (...) La especificidad de compartir el mismo sistema sexo/género tiene una importancia capital en el caso de la mujer porque instituye un contenido particular al psiquismo con el valor de un imperativo categórico del tipo "serás madre y te preocuparás por la vida y las relaciones". La madre representa para la niña un paradigma que valoriza como propio del género el cuidado de la vida y de las relaciones, condición que gozará del protagonismo en la jerarquía motivacional. Este proceso se inicia en la infancia temprana y se reinviste a lo largo de todo el ciclo vital.
(...)
En la esfera de lo privado, normas y transgresiones corresponden a otro orden porque se derivan de leyes emocionales cuya transgresión trae aparejada la sanción de la culpabilización. Al ser ese ámbito el preferente, es también el que ofrece mayores flancos de vulnerabilidad y de riesgo de sufrimiento ya que en él se ubica el núcleo de su identidad.
El espacio privado introduce además un factor fundamental: la temporalidad. En la vida pública, la sanción legal penaliza un delito, y una vez cumplida la condena, puede accederse a la liberación, pero las consecuencias de la sanción moral, "el sentirse mala", no prescriben, de modo que el sentimiento que la acompaña permanece perenne.
(...) mantendrá para las mujeres esa impronta afectiva adonde la búsqueda de aprobación y/o amor quedará como sello que privilegia las opciones en función del eco emocional que susciten como respuesta en su entorno y en ellas mismas. De manera que es vivida con mayor preocupación y culpabilidad el incumplimiento o transgresión de los pactos implícitos en las relaciones, pero con evidente menor implicación y/o desinterés aquellas demandas de la realidad social, desde algunos sencillos trámites burocráticos hasta la más sofisticada forma de participación en el espacio público, como podría ser la actividad política.
(...) la dinámica que se pone en funcionamiento favorece que se invierta mucha más energía, tiempo y dedicación en mantener un inestable equilibrio emocional (...).
La posibilidad de rastrear deseos puros, no contaminados por imposiciones del formato de género, parece ilusoria.
(...)
La función materna presupone y exige atención y dedicación a un otro por encima del registro de los propios requerimientos. (...) Pero paralelamente se va configurando el déficit de autocuidado, de autoempatía, porque mientras se "escudriña" minuciosamente qué puede estarle pasando al otro/a, se niegan los indicios sobre el propio malestar y la desconexión consigo misma.
(...)
Un cruzamiento de la identidad femenina que al idealizar la privación se conforma sintónicamente con el sufrimiento: ser una santa vs. ser una madre desnaturalizada. Privación naturalizada que no es ni siquiera idealizada, instituida en el formato de la maternidad. Por tanto, cuando no se accede al ajuste correspondiente, al formato de género, padecerá la feroz autocrítica del sufrimiento producido por su propia desaprobación más la crítica del entorno.
(...)
Teniendo en cuenta el reforzamiento de los vínculos como consecuencia de la primacía jerárquica de la motivación de apego, la sanción más temida será la amenaza de la pérdida de amor, aplicable a casi todas las relaciones y que a posteriori adquirirá un carácter especialmente dramático en el caso de la pareja, ya que entre los ideales propios del género está la consideración del amor como "el gran asunto de la vida".
(...)
Las mujeres preservan la expectativa de que las parejas sean el refugio frente a las adversidades de la vida de afuera y, paradójicamente, en muchas ocasiones es un frente de batalla más donde se encuentran con armas antiguas e inadecuadas frente a una especie de enemigo amado-odiado-temido-necesitado cuyas reacciones las desconciertan y paralizan.
(...)
Ante una posible separación, el fantasma de la soledad acompañando al autorreproche de no ser lo suficientemente valiosa, no haber hecho lo que correspondía para conseguir enamorar, retener o recuperar a la persona amada, será una fuente de enorme sufrimiento asociado al sentimiento de indefensión y vulnerabilidad que incrementarán los temores que cualquier ruptura pueda suscitar.
(...)
De ahí que la autoinculpación permanente ante cada variación del vínculo afectivo en sus dificultades y vicisitudes se autointerprete como falla de la identidad. Esto conlleva una tendencia a la hipervigilancia sobre el estado del bienestar del vínculo, con aprensión y temor a la separación siempre presentes y a la pérdida. Una inmensa mayoría de mujeres aún se debate entre la expectativa del amor romántico, firmemente respaldado desde los medios de comunicación, y la dolorosa decepción de una vida doméstica donde las transacciones cotidianas las colocan en las situaciones más desfavorecidas, con poco margen de maniobra, inhábiles a la hora de negociar formas de interrelación. En muchos casos soportan situaciones de desconsideración y maltrato tanto por el dolor y el temor a ser abandonadas por una parte, como por la inmensa culpabilidad que acompaña las decisiones de ser las promotoras de una ruptura de pareja. Culpa enormemente reforzada cuando hay hijos pequeños de por medio frente a los cuales se pueda sentir responsable por privarlos de esa idealizada unidad familiar. Se suma así el factor del duelo que deben realizar de la fantasía romántica como proyecto vital y de la expectativa de pareja ideal que creyeron poder concretar. Es la muerte de una ilusión largamente acariciada, con todas las implicaciones y sintomáticas que un duelo supone.
(...)la mayor dificultad reside en la depositación masiva de expectativas derivadas del apego, lo que obstaculiza que las mujeres se valoren a sí mismas en otros espacios de experiencias. Surgen aspiraciones de tipo intelectual y/o laborales, pero los logros en estos ámbitos no alcanzan el mismo grado de autosatisfacción narcisista.
De modo que el reaseguramiento de los vínculos afectivos se constituye en el eje de la feminidad, dificultando la tarea de regulación psicobiológica por la ansiedad que despierta e introduce un factor de distorsión importantísimo: el problema está siempre focalizado en la relación con un otro y esto conlleva una progresiva desconexión consigo misma."

LEVINTON, Norma (2001). El superyó femenino. En Instituto de la Mujer (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales) II Jornadas de Salud Mental y Género (pp. 45-58). Madrid: Instituto de la Mujer (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales)

viernes, 3 de abril de 2009

Descastada


La pieza de puzzle que nunca encaja. El oscuro garbanzo que se coló en el cocido. Una oveja latxa rodeada de merinas. Así es tu acento, ni del centro, ni del sur, ni del norte. Extraña miscelánea que te hace sentir diferente, soñar diferente, vivir diferente.
Y no encontrar tu sitio.
Eva

jueves, 2 de abril de 2009