"Te he dejado en el sillón las pinturas y una historia en blanco... No hay principio ni final, sólo lo que quieras ir contando...
Y al respirar, intenta ser quien ponga el aire que al inhalar te traiga el mundo de esta parte..."
Vetusta Morla - Al respirar

sábado, 13 de diciembre de 2008

Feminismo NO es un machismo a la inversa

Me parece tristemente imprescindible tener que publicar esta entrada, pero lo común es que nadie sepa lo que es el feminismo y aún así todo el mundo hable gratuitamente y critique a un concepto que ni tan siquiera conoce. Y como me duele la garganta de tanto repetirlo, tomo prestadas las palabras de Amelia Valcárcel, y también de Ramón Irigoyen en su artículo de opinión en El País del 26 de diciembre de 2000. Y algo que no se suele mencionar: El feminismo es el único movimiento que ha conseguido tantos cambios sociales sin derramar ni una gota de sangre, como muy bien dice Mª Isabel Menéndez Menéndez. Que no quede en el olvido, desvirtuado o malogrado nunca.
Eva

"(...) El feminismo es un pensamiento de la igualdad, o en otras palabras, el feminismo es una tradición de pensamiento político, con tres siglos a la espalda, que surge en el mismo momento en que la idea de igualdad y su relación con la ciudadanía se plantean por primera vez en el pensamiento europeo. En el exacto momento en que aparece la idea de igualdad en la gran filosofía barroca, aparece el primer indicio de feminismo y consiste desde entonces en la vindicación de esa igualdad para la mitad de la humanidad a la cual no le es atribuida. (...)

(...) El feminismo es la filosofía política de la igualdad que simplemente, como claros y distintos son todos los principios, se plantea lo siguiente: admitida la igualdad entre todos los seres humanos en su procuro de aquello que se consideren bienes, ¿qué razón hay para que la mitad de los seres humanos, el colectivo completo de las mujeres, no tengan los mismos derechos reconocidos a tales bienes que tiene el colectivo completo humano? Esa interrogación es el origen del pensamiento feminista. (...)"

VALCÁRCEL, Amelia
(1997).
La política de las mujeres. Madrid: Cátedra

Pero ¿quién es el bestia que no es feminista?
RAMÓN IRIGOYEN
26/12/2000

El feminismo, como cualquier doctrina, es una moneda con dos caras: la de la teoría y la cruz de la práctica. Tras dos siglos ya largos, en el mundo occidental, de profundas reflexiones sobre esta corriente de pensamiento, la teoría del feminismo debía estar ya muy clara. No obstante, no es así, como vamos a ver enseguida. Por ejemplo, la Real Academia Española, que, desde su fundación, ha sido y sigue siendo alérgica a la práctica del feminismo, lo ha definido en su Diccionario con palabras, en la primera acepción de esta voz, muy poco afortunadas: "Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres". Un adjetivo tan poco feliz como favorable, que viene de favor, y una frase de esta misma índole caballeresca a la antigua usanza -concede capacidad- invalidan esta definición. Una doctrina no tiene poder de conceder capacidad a nadie: la mujer tiene, previamente, capacidad y, luego, la doctrina, ya sea feminista o antifeminista, reconoce o niega esta capacidad. La segunda acepción de esta voz en el Diccionario sí puede suscribirse: "Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres".Como creo que es de la mayor necesidad aclarar el concepto de feminismo, para que hagamos un buen uso de este término, y luego intentemos llevar la teoría a la práctica, sin alejarnos, de momento, de la sombra, con estirado chicle, de la Academia, veamos esta definición de feminismo que muchas alumnas y alumnos de bachillerato leerán en el manual Lengua y literatura castellana. Bachillerato 2 (Anaya, 2000), firmado por Fernando Lázaro Carreter, ex director de la Real Academia Española: "Movimiento, hoy muy pujante, que comenzó en América y Europa a fines de siglo XVIII, y cuyo objetivo es conseguir la igualdad política, social, cultural y económica con los hombres, cuyo predominio a lo largo de la historia ha sido absoluto y, muchas veces, abusivo".

No hay aquí espacio para analizar a fondo esta definición, que podemos dar como relativamente aceptable, aunque la igualdad económica es mencionada en cuarto lugar, incluso después de la igualdad cultural (los subrayados son míos), pues, a los ya 101 años dálmatas del nacimiento de Brecht, sigue todavía muy vigente el brechtiano "el pan, primero, la moral después", sentencia que obliga a situar la economía por delante de la política, de la sociedad y de la cultura. En un régimen político salvajemente antifeminista -y, por desgracia, hay muchos: sin ir muy lejos históricamente, el mismo régimen preconstitucional de la España anterior a 1978- es obvio que una mujer con independencia económica tiene un nivel de libertades muy superior al de una mujer económicamente dependiente.

Pero reparemos en una errata de la mencionada definición, o despiste inconsciente de su autor, que, cuando se habla de la mujer, ese ser históricamente invisible, suele ser bastante frecuente. Como el norteamericano de la célebre película de Gavras, la mujer, una vez más, está missing en la definición de feminismo de este manual de bachillerato: o ha desaparecido por arte de la fantástica Paz Padilla en el programa televisivo Ala... Dina. Reléase despacio este texto: "... la igualdad política, social, cultural y económica con los hombres, cuyo predominio...". Detrás de económica debería decir, inexcusablemente, de la mujer, incluso en este caso en que a la definición preceden las palabras "el feminismo, movimiento..." que, al menos, ayudan a que el texto no sea confuso. Sólo un mal lector se confundirá y podrá pensar que aquí no se habla de los derechos de la mujer, sino de los derechos de una nave espacial, de una zanahoria o de una cabra.

El análisis de voces como feminismo y, como vamos a ver, del sustantivo y adjetivo feminista revela lo que ocurre en la crudísima realidad: aunque los derechos de la mujer van ganando, día a día, batallas, que durante muchos siglos fueron batallas no ya perdidas, sino ni siquiera entabladas, la implicación de los varones en la lucha por la igualdad de derechos de los dos sexos es todavía muy superficial, como bien demuestran las estadísticas sobre su participación en los trabajos domésticos, crianza de los hijos y, sobre todo, de atención de familiares enfermos, eventualidad en la que el olfato del varón para escabullirse es de auténtico ornitorrinco. Salvo las excepciones, que nunca cuentan, un varón no cuida a un familiar enfermo ni aunque su mujer le ate la polla a la pata de la cama del paciente.

Esta inhibición de tantos varones en la práctica de la igualdad de derechos para los dos sexos queda patente en el uso actual de la voz feminista, un sustantivo y adjetivo de género común -el feminista, la feminista: partidario/a del feminismo- que se utiliza, casi exclusivamente, para referirse a mujeres: "Lidia Falcón es feminista", "las feministas han declarado...". ¿Por qué, si decimos "los cervantistas, los turistas, los marmolistas..., que engloba a los dos géneros, no decimos los feministas sino las feministas? Por una simple razón: porque el varón, sin duda, ha estudiado con fervor a Cervantes, ha viajado muchísimo, ha tallado con exquisitez todo tipo de mármoles... pero, ay, hay que insistir en lo mismo, a la hora de poner en práctica el feminismo, ni siquiera con su miembro más querido amarrado a la pata de una cama ha sido capaz de darle un último sorbo de agua a un familiar agonizante.

Una expresión como los feministas -e incluso los feministas españoles- sólo aparece en algún que otro manual de feminismo. Por ejemplo, en la excelente Antología del feminismo (Alianza Editorial), de Amalia Martín-Gamero: "Intencionadamente no se ha hecho un capítulo aparte con los feministas españoles (y conviene señalar, llegado este punto, que, de no especificarse, el empleo del masculino incluye a personas de uno y otro sexo)...". Es, pues, feminista cualquier persona partidaria de la igualdad de derechos y deberes para los dos sexos. Y, en este terreno, los partidarios de la desigualdad son obcecadas alimañas de bellota que -lo sepan o no- llevan injertado un dictadorzuelo en la entrepierna. El feminismo es, simplemente, la democracia llevada a sus últimas consecuencias. ¿Se puede decir "soy un poco demócrata" sin hacer el ridículo? Pues tampoco se puede decir "soy algo feminista". Se es feminista o antifeminista, como se es demócrata o antidemócrata.

5 comentarios:

  1. De acuerdo con tu articulo, el feminismo pretende liberar a la mujer de su alienacion patriarcal.
    Saludos.

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  2. El problema no es la ignorancia del feminismo, el problema es la aún existencia del machismo. Me ha parecido muy interesante tu blog, seguiré leyéndote. Un saludo

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  3. Para empezar, os doy las gracias por haberos leído este testamento de entrada, daba por sentado que a todo el mundo le daría pereza y me he equivocado.
    Por supuesto, Edu, ya veo que estás bien familiarizado con la terminología.
    Y muchas gracias Arkadas de Hipokresia, totalmente de acuerdo, nunca debemos olvidar dónde está el origen del problema, pero que eso no nos sirva de justificación para continuar dejando en la penumbra un movimiento que ha sido víctima de una conspiración mediática desde sus inicios (auspiciada, cómo no, por los esfuerzos del patriarcado por seguir en boga).

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  4. Qué alegría leer este post. ¿Sabes que en una de las organizaciones en las que participo (de periodistas con perspectiva de género) hemos bromeado con hacernos camisetas con ese lema? Feminismo no es un machismo a la inversa. Y muy bueno eso de que no se puede ser un poco feminista. Por ejemplo, he leido un reportaje sobre la videoartista maravillosa Pipilotti Rist y decían que su obra es "sutilmente feminista". Es feminista de cabo a rabo, tanto ella como su obra, pero seguro que al periodista no le encajaba por relacionar feminismo con pelos en los sobacos y misandria.

    Besos

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  5. Ongi etorri June. Jeje, pues no sería mala idea. Hay pocos conceptos tan malinterpretados y a su vez demonizados como el feminismo. Gracias por la referencia a Pipilotti Rist, no la conocía pero ya me estoy nutriendo.
    Musu bat

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