Ya apenas recordaba las crudas lágrimas.
Sólo las crudas, esas que desgarran,
que carcomen y arden,
que chillan y escupen.
Las que te derrumban,
las que te destruyen,
las que te renuevan.
Van ligadas siempre sin excepción
a las heridas abiertas rociadas
con alcohol puro,
a corazones machacados en el mortero,
a la mentira, al cinismo,
a la crueldad, a la injusticia.
Anoréxicas, abúlicas, anhedónicas...
pero nunca mortales.
Eva
“Hay una operación patriarcal en despreciar la autoficción”
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Clara Morales ha publicado ‘Ya casi no me acuerdo’, un libro de relatos que
tiene como eje la memoria, “herramienta inevitable de la literatura”
La entra...
Hace 4 días
U_U
ResponderEliminarDebo reconocer que me ha impresionado muchísimo, encontrar personas con una mentalidad tan variada y tan repleta de absoluta dinamita. Estaré atento a tu blog. Un saludo.
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