Ya apenas recordaba las crudas lágrimas.
Sólo las crudas, esas que desgarran,
que carcomen y arden,
que chillan y escupen.
Las que te derrumban,
las que te destruyen,
las que te renuevan.
Van ligadas siempre sin excepción
a las heridas abiertas rociadas
con alcohol puro,
a corazones machacados en el mortero,
a la mentira, al cinismo,
a la crueldad, a la injusticia.
Anoréxicas, abúlicas, anhedónicas...
pero nunca mortales.
Eva
“Podemos frenar a las extremas derechas generando alternativas deseables y
creíbles”
-
Nuria Alabao analiza en el libro ‘Las guerras de género. La política sexual
de las derechas radicales’ los actores, las narrativas y las estrategias
del ...
Hace 3 días
U_U
ResponderEliminarDebo reconocer que me ha impresionado muchísimo, encontrar personas con una mentalidad tan variada y tan repleta de absoluta dinamita. Estaré atento a tu blog. Un saludo.
ResponderEliminar