"Te he dejado en el sillón las pinturas y una historia en blanco... No hay principio ni final, sólo lo que quieras ir contando...
Y al respirar, intenta ser quien ponga el aire que al inhalar te traiga el mundo de esta parte..."
Vetusta Morla - Al respirar

martes, 12 de enero de 2010

Underground

Túneles subterráneos en Madrid que albergan cantidad de monótonas rutinas. Un vagón de la línea 10, sí, de esos modernos con puertas de Star Trek. Tanta vanguardia en el continente no modifica el contenido. Vas de pie, concentrada en el complicado ejercicio de mantener el equilibrio desde tus tacones. A tu alrededor se concentran alrededor de una veintena de grises caras, mirando al periódico, leyendo libros, mirándose los zapatos... Pero hay una que destaca. Sólo una, ojalá fuesen más. Detienes tu mirada en él en un primer momento por su movimiento. ¡Entre tanto gris alguien está bailando! Le observas con mayor detenimiento, lleva enchufado su mp3 y es esclavo de sus auriculares. Se deja llevar de manera suave y constante, pero con rotundidad, ¿qué será lo que escucha? No auguras nada más liviano que rock. La gente mira, intentando dar la apariencia de que están contemplando en escena a un psicótico, realmente muertos de envidia de no poder arrancarse sus pies de plomo. Está ahí, en medio del vagón, extasiado, con la mirada perdida indicando que él está muy lejos de ese habitáculo que entierra en vida una media de hora al día a tantas personas. Y piensas qué diferentes serían los días si cada uno bailase su vida a sus anchas cada mañana, aunque sólo fueran cinco minutos.
Eva

4 comentarios:

  1. Esta entrada me ha recordado una poesía de hace un tiempo. De esas que escribo y no publico por respeto a la literatura. Pero bueno, perdona el atentado.

    Underground (Historias de Amor Subterráneo)

    Mujeres que no aguantarán en mi memoria.
    Mujeres que durarán
    una parada, una estación,
    la línea azul por el Parque de Atracciones.

    Mujeres que no recordaremos
    por no haberlas besado.
    Mujeres perdidas entre la gente,
    de un lunes por la mañana
    sin golpes de estado.

    Ni siquiera un beso como moneda
    de cambio,a lo sumo
    una mirada tímida,
    que fabrique una ilusión de recambio.

    Mujeres sin nombre ni hombre que lo diga,
    mujeres leyendo, mujeres perdidas,
    mujeres huyendo, entre partidos de Liga.

    Ni siquiera un beso
    como moneda de cambio,
    a lo sumo una mirada tímida
    que fabrique una ilusión de recambio.

    Historias de amor subterráneo.

    Sin saludos ni despedidas,
    sin drama, sin vigilias,
    sin sangre ni hambre
    que vuelva a abrir las heridas.

    Mujeres que no merecen un poema,
    como mucho un verso.

    Entre novela y novela,
    nos hacen falta cuentos.

    Roberto.

    ResponderEliminar
  2. No puedo más que darte mil gracias por compartirlo aquí. Y sobre el pedir perdón, guárdatelo para cuando realmente tengas que utilizarlo, es muy valioso para malgastarlo en mera modestia.
    Bienvenidas sean todas tus aportaciones Roberto, ¡nos leemos!

    ResponderEliminar
  3. Cómo me gusta esta entrada Eva!!

    ResponderEliminar
  4. Increíble, no hubieses podido expresar mejor la capacidad de alejarse de esta sórdida sociedad con el simple acto de enchufarse al mp3. Me encanta tu blog, tiene mucho carácter.

    Pasa por el mío si así lo deseas :) No es tan introspectivo quizás, más bien lo contrario. Trata de dar a conocer el mundo que nos rodea.
    http://blapla.blogspot.com/

    ResponderEliminar